Un periodista le pregunta a un jugador de fútbol del PSG si el equipo estaría dispuesto a viajar en tren, con todas las comodidades que necesiten, para hacer trayectos cortos. La pregunta venía por el ahorro energético y buscar soluciones a un apocalipsis climático que, al parecer, ya es inevitabe. El jugador no responde. Empieza a llorar de la risa evidenciando que aquello que estaban proponiendo era una auténtic locura, casi una falta de respeto.
Me desconcertó mucho la situación, sobre todo porque ni siquiera hizo un esfuerzo por eludir la pregunta con una respuesta vacía o laberíntica que mintiera sobre sus verdaderas intenciones.
Todos sabemos por dónde pasa la solución. Igual que para no engordar debería de dejar de comer porquerías o dejar de beber gaseosas, para ayudar a revertir la contaminación hay que tomar medidas fáciles. Dejar de pedir cosas a domicilio que llegan desde la otra punta del planeta, comprar ropa sostenible, bajar el consumo de plásticos, no derrochar, reusar cosas, hacer un uso más sostenible de la energía y, al parecer, no dejar que un imbésil pueda decidir lo que es mejor o peor para el planeta.
Ayer fantaseaba con que llegará un momento en que los viajes en avión ya no serán posibles ( no sé si la energía solar dará para eso). Igual ahí empezamos a valorar lo que tenemos alrededor, lo que teníamos y por qué lo perdimos.
En realidad, seguro será así, somos humanos.
Mientras tanto, en el espacio exterior sucedió esto:
Y en Mongolia esto:
¿Creen que sería posible no enviar a nuestra selección de fútbol a un mundial cuya sede se caga en los derechos humanos? ¿No hay posibilidad de hacer un referéndum al respecto?
Es una especie de déjà vu. Me acuerdo el día que se suspendieron los partidos de fútbol, hace dos años, porque se avecinaba una pandemia. Ese fue el momento que descubimos que era algo grave.
Es lo intocable. ¿Cómo no vas a mandar a la selección? El fútbol mueve mucho dinero, la gente lo necesita.
Tantos años discutiendo si Dios es hombre o mujer y al final es una puta pelota.
El Estafador
Esta semana, con referencia a las elecciones de Brasil, en el Estafador hemos tocado ese tema.
A mí, la verdad, me cuesta mucho posicionarme sobre la política de un país que apenas conozco. Por eso me puse a leer unos cuantos artículos sobre el tema y me llamó mucho la atención los pequeños símbolos que usa la gente para apoyar a los distintos partidos. Ni hablar de como le dan la vuelta a los mismos para resignificarlos.